
Periodista Musical
2020 fue un año muy duro, por decir lo menos. Nos golpearon fuerte, nos golpearon bajo. Despedimos a familiares, amigos, conocidos. Se perdieron trabajos, negocios, oportunidades.
Los artistas bien podrían haberse quedado sin crear, sin producir, y nadie les habría reclamado nada; pero fueron ellos quienes nos ayudaron a hacer más llevadero el encierro y los diversos efectos de la pandemia. Fue un periodo de mucha inspiración, y a nivel musical considero que 2020 fue uno de los mejores años de nuestra historia en cuanto a producción musical.
Alejados de los escenarios, nuestros músicos fueron de los primeros en ponerse el overol y colaborar con su granito de arena a los confinados, acompañando los siete lunes de la semana con sus canciones, a través de conciertos, inicialmente armados de una guitarra y cualquier otro instrumento que tuvieran a mano.
Y de a poco fueron llegando también los temas grabados, los discos e incluso los videos, marcando una temporada de mucha creatividad y alta calidad. Casi medio centenar de discos -entre álbumes y EPs- (aparte de los trabajos gestados en 2020, que recién verán la luz este año), un número similar de videoclips, y cerca de 200 canciones promocionadas son producto de ese año que -si no fuera por la buena música- todos quisiéramos olvidar.
Ya en los primeros días de 2021, estas son algunas reflexiones de 2020 que me gustaría compartir, gracias a la plataforma de Altavoz.bo.
1. Estamos rodeados por mujeres
Los últimos años, y en particular 2020, hemos sido testigos de la creciente aparición de mujeres, entre solistas, bandas enteramente femeninas, compositoras e instrumentistas. Esta es un realidad que celebramos, agradecidos por la frescura que le están aportando a la escena, con un discurso distinto en un mundillo dominado -hasta hace poco- por hombres. Más de una veintena de chicas publicaron música durante los últimos 12 meses, aunque aún son pocas las que lo hicieron con obras completas, como álbumes o EPs. Ahí destacamos los trabajos de Agadá, Isadorian, Vero Pérez, Delina Casa y Canela Palacios, todas de La Paz; mientras que Santa Cruz nos trajo la música de varias debutantes, como Fer, La Otra Minina, Mila Magal, Disvania, Jane de la Cruz, ferquef, Izha y Camila Urioste, entre otras. Además, encontramos música en plataformas de Mayra Gonzales, Las Majas, Plika, Gaby Ferreyra, The Fucking Mexican Hijo of Mr. Trump, 18 Horas, Walkman; colaboraciones de Imilla Kozmika y Luciel Izumi con otros artistas, y desde el extranjero nos llegaron canciones de Imaina, Blssom y Claudia Arce. No deja de llamar la atención que todas las mencionadas son de Santa Cruz y La Paz (con excepción de Luciel Izumi de Cochabamba), mientras que en el resto del país no encontramos nada. Ojo -y oído- con las chicas, se vienen con todo.
2. Tarija, la nueva movida
Históricamente, es muy poca la música que conocemos de la chura Tarija, y es quizás Electroshock lo más grande y popular que nos brindó esa ciudad del sur. Hoy las cosas son distintas, y además del trío mencionado -que no publicó música en 2020- podemos hablar de Camarú, que se mandaron un discazo; de Orgasmo, que publicaron un largaduración en el que se nota su madurez; de Suke, con sus influencias californianas (la banda se formó allá); de Gallo Favela, con su variedad; de Montellano, con su rocanrol y sus originales letras; y de Carlo Frigeri, una de las grandes sorpresas “made in Tarija”. A ellos podemos sumar otros nombres de gente que no editó música el año pasado, como Motel Groove (banda de Motete Zamora, uno de los grandes responsables de esta movida), Selvagens y Lengua Negra.
3. Cochabamba, nunca ausente
Año a año, los valles cochabambinos nos regalan música de la buena, y en 2020 les tocó ponerse la camiseta a artistas como Oil, Astronauta Suburbano y La Poncho, quienes nos brindaron sendos álbumes, y a Santiago Laserna, quien viene de una etapa de mucha actividad, habiendo publicado un álbum, un EP, dos temas sueltos y una colaboración, todo en menos de un año. Además recibimos EPs de Alejandro Torrez, de Aliss, una de las jóvenes revelaciones con tan solo 18 años al momento de publicar dos mini álbumes, y de Raroneat’s, quienes alcanzaron un pico creativo con su cuarto EP. En 2021 estamos casi seguros de que llegarán canciones de Mammut, Karloz de la Torre, Aviónica, Chicas Delfín, Mandíbula, Capital, Ácido Domingo, Últimos Glaciares y Timpana, quien recientemente anunció que su segundo disco verá la luz -finalmente- este año.
4. La Paz, siempre productiva
La Paz continúa siendo la capital del rock boliviano, y es la ciudad que más aporta al cancionero nacional. Al menos una tercera parte de las canciones publicadas/lanzadas en 2020 se gestaron en la Sede de Gobierno, y es el lugar en el que más largaduraciones se producen (la mitad del Top 10 de álbumes de Sonidos de acá fueron paceños), destacando los trabajos debut de Canela Palacios, Vero Pérez, Delina Casa y Agadá, además de los discos retorno de dos agrupaciones establecidas como Octavia y Son Fusión, y los EPs de Isadorian y Muu. Otros artistas, como Ra Beat (chuquisaqueño afincado hace casi tres décadas en La Paz), Sergio Antezana, Efecto Mandarina, Atajo (desde Europa), Aeroplan, Mayra Gonzales (por el momento en Santa Cruz), Las Balas que Vendrán, Joaquina, ionse, Los Bolitas, Go Go Blues, Rantés, Gigio Díaz (orureño radicado en La Paz desde los años 90) y -esperemos- el Grillo Villegas, tendrán nuevas grabaciones a lo largo del año que comienza.
5. Santa Cruz, el nuevo sonido
En los últimos años, Santa Cruz ha ido despojándose de ese tradicional sonido hard rock y me animo a decir que es la ciudad que tiene la mayor cantidad de artistas con sonidos modernos. Actualmente, la oferta va desde Animal de Ciudad y Fiesta Cuetillo -las únicas sobrevivientes del movimiento iniciado a comienzos de la década pasada-, pasando por Torkuatos y La Luz Mandarina -para mi gusto las bandas más importantes de la movida indie boliviana-, hasta llegar a esa propuesta femenina encabezada por Las Majas y secundada por solistas como Mila Magal, Fer, Izha, Mariana Massiel y Lu Antelo, entre otras; y sin olvidar a otros artistas como Toro Mecánico, Smoke Elephants, The Fucking Mexican Hijo of Mr. Trump, Surdo, La Vieja Palmera, Midnight Dreamers, MOA, JOF y El Tribunal de la Haya. El problema con los artistas de Santa Cruz es que sobran dedos de las manos para contar los discos publicados, ya sean álbumes o EPs. En 2020, sólo tenemos registro de los álbumes de Fiesta Cuetillo, MOA, Voxz y Animal de Ciudad, este último en vivo; y los EPs de Toro Mecánico, Smoke Elephants y Luis Jimenez; poco material para la cada vez mayor cantidad de artistas que existe en la ciudad. Graben, graben.
6. Mirando hacia afuera
El aporte de los artistas radicados en el extranjero es cada vez más importante. Hablando de números, cerca del 20% de las canciones rock/pop de las que llevamos registro vinieron desde fuera del país. Más de una decena de artistas aportaron con discos y sencillos, varios de ellos desde Estados Unidos, como Blssom (Nueva York), Tres Minutos (Virginia), Ignacio Val (Los Ángeles), Poche Ponce (Boston); otros tantos desde Europa, como Imaina (Bélgica), Nico Peña (España), Sean Gonzalez (Alemania); algunos desde México, como Rodrigo Rojas y Jotape, y un par desde países vecinos, como Jane de la Cruz, desde Brasil, y Mateo Cuiza, desde Argentina. Podemos afirmar que en 2021 seguiremos escuchando la música de todos los mencionados; y además cruzamos los dedos para tener lo nuevo de David Lemaitre (Alemania), el artista de rock/pop boliviano con más reproducciones en plataformas.
7. Talento emergente
Es destacable la cantidad y calidad de artistas emergentes. Desde el podcast de Sonidos de Acá logré mencionar a 10 de ellos, pero quedamos cortos por el gran número de ellos. Hablando de los que debutaron en 2020, y quienes vienen haciendo ruido desde hace un par de años antes, identificamos al menos a una treintena de nuevos artistas con propuesta. El futuro está en buenas manos, y los músicos emergentes estarán marcando el camino a seguir.
8. Caminando solos
Nunca como hasta ahora habíamos encontrado a tanto artista solista. Históricamente, nuestro rock/pop está lleno de bandas, pero el último par de años aparecieron chicas y chicos que encaran sus carreras en solitario, cantando, componiendo, tocando la guitarra, e incluso -en algunos casos- tocando distintos instrumentos y grabando sin depender de nadie. En la larga lista de solistas que estuvieron activos en 2020, anotamos a estos: Alejandro Torrez, Aliss, Astronauta Suburbano, Camila Urioste, Canela Palacios, Carlo Frigeri, Chloroformic Dreams, Dani Sagar, Delina Casa, Dieter Lopez, Fer, Fernando Ojeda, Gallo Favela, Imaina, ionse, Isadorian, Izha, Jane de la Cruz, La Otra Minina, LuisFer Revollo, Manu Roca, Mateo Cuiza, Mila Magal, Mollë, Nicolás Angulo, Nico Peña, Poche, Santiago Irazoque, Santiago Laserna, Sean Gonzalez, Thiago FM y Vadik Barrón, además de quienes llevan una doble vida, como Daniel Abud (Chicas Delfín / Seytán), Disvania (Silencio Zero), ferquef (Club Genérico), Luis Jimenez (De la Sierra), Matone (Torkuatos), Petrus Silón (Oz) y Vero Pérez (Efecto Mandarina).
9. Presencia en streaming
Es una realidad, si no estás en plataformas de streaming, es como si no existieras, sobre todo cuando el consumo de música se realiza de manera muy marcada en servicios como Spotify, Deezer y Apple Music, por nombrar algunos. En los últimos años, la presencia de artistas nacionales ha aumentado considerablemente, y al menos el 90% de los lanzamientos se hace en plataformas de streaming de música, aunque no faltan quienes apuntan primero al formato físico, o ponen a disposición sus canciones sólo en YouTube (o en algunos casos Soundcloud y/o Bandcamp). Es cierto que hay un costo económico para tener el material en los servicios existentes, pero es un pequeño precio en comparación con el alcance que podría tener esa música de ser bien promocionada. Y claro que no todo acaba ahí; es necesario alimentar las páginas de artistas en plataformas, con información, créditos, fotografías y otros elementos que ayudarán a un mejor y mayor descubrimiento por parte del oyente. La presencia digital está a un click de distancia. No hay excusas.
10. Difusión, difusión, difusión
Lo digo siempre. El problema principal con nuestra música está en la difusión. Talento y buenas canciones sobran en el país. Desde hace muchos años que el rock/pop nacional no tiene nada que envidiar al que se hace en otras partes, pero seguimos fallando al momento de transmitir el mensaje. Por un lado, no todos los artistas hacen su tarea, esa de hacerse notar; es un trabajo de hormiga, pero alguien tiene que hacerlo. Por otro lado, son contados los espacios que se tienen para mostrarse, y los medios tradicionales son cada vez menos “útiles” para lograr ese cometido, no solo por la poca atención que ellos le dan a la música nacional, sino también por el cada vez menos atractivo contenido que presentan. Además, la gran mayoría -por no decir todas- de las pocas plataformas existentes, parten de inquietudes personales, del interés de fanáticos o amantes del rock/pop boliviano por compartir sus preferidos con pequeñas audiencias; sin embargo, varios caen en la repetición, y limitan sus contenidos a rankings que tienen semana a semana a los mismos protagonistas.
Una nueva historia se está escribiendo para nuestra música, y 2020 fue un año que nos permitió mirar más hacia adentro, valorando el enorme talento que tenemos los bolivianos. Aún hay mucho por hacer, pero el futuro parece ser brillante. Caminemos juntos hacia él.