El teatro-bar Meraki vuelve a abrir sus puertas al público después de casi siete meses de confinamiento con un show de comedia y otro de música.
El pasado fin de semana, este espacio cultural ubicado en el centro de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, encendió nuevamente las luces de su escenario a dos eventos: uno de Stand Up Comedy y un concierto de música. Ambos con sus respectivas medidas de bioseguridad y con el permiso del Centro de Operaciones de Emergencias Municipales (COEM).
Meraki, al igual que muchos otros espacios artísticos y culturales del país, se vio afectado por las restricciones de la cuarentena por coronavirus. Ronaldo Vaca-Pereira, socio del teatro-bar Meraki, confiesa que durante estos meses se tuvieron que usar los ahorros del teatro para pagar el alquiler del lugar y demás gastos, ya que no se generaron ingresos durante casi siete meses. Hace unas semanas, el local entró en crisis y en un alto riesgo de cerrar definitivamente.
También reconoce que, antes de la cuarentena, el local era unos de los anfitriones del Stand Up Comedy más importantes de la ciudad, lo cual se vio reflejado en el evento del sábado. Éste se pudo llevar a cabo gracias a doce comediantes que llenaron este espacio en un maratón de cuatro horas con el show “Volver al Escenario”. “Creo que el público llevaba consigo una carga diferente, más que reír, ellos querían estar allí, querían ser parte de esto a pesar de no conocer el género. Diría que se cumplió con las expectativas, pero se puede lograr más, siempre puedes lograr más”, comparte Chochi Cardona, uno de los comediantes participantes.

“La reapertura de Meraki se da también, gracias a la iniciativa y a la buena disposición de algunos artistas”, admite Ronaldo. Dos de estas personas fueron Stephania Peterson, vocalista de The Fucking Mexican Hijo of Mr. Trump y gestora cultural y Gabriel Jiménez, gestor cultural y músico. Ambos se ofrecieron voluntariamente a hacer de organizadores del evento, el concierto bautizado como Sesión Catarsis, además que participaron como músicos en el concierto.
Tanto Gabriel como Stephania coinciden en que al momento de organizar el concierto les preocupaba la cantidad de gente que fuera a asistir, tomando en cuenta que tenían que cumplir al pie de la letra las regulaciones dictadas por el COEM. Gabriel comenta: “Fue un reto organizarlo. No fue fácil para nada al principio, al comienzo hubo mucha incertidumbre porque no tuvimos una confirmación hasta una semana antes del evento”.
Stephania cuenta que extrañó tocar en Meraki, ya que antes de la cuarentena, iba cada fin de semana a presentarse como músico o como espectadora. “Es un sentimiento difícil de encontrar en otro lado, especialmente cuando recién están volviendo los conciertos y los eventos culturales. Volver a presentarme fue como volver a casa”.
Aunque volver a abrir las puertas no significa que el problema esté solucionado, Ronaldo ve con entusiasmo el futuro de Meraki y espera que en noviembre las restricciones se flexibilicen más todavía, especialmente en los horarios. “Esperamos que pronto podamos regularizar nuestras funciones, con tener el horario hasta las 12, ya tenemos nuestro horario regular. No somos un boliche ni un restaurante, para nosotros lo principal es lo que hay en el escenario, el artista, y eso es lo que nosotros ofrecemos.”
Fuente: Juventud a hora